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La conciencia no nos impide cometer pecados, pero desgraciadamente si disfrutar de ellos.
Salvador de Madariaga fue un escritor, historiador, diplomático y político español nacido el 23 de julio de 1886 en la ciudad de Valladolid. Estudió Derecho en la Universidad de Madrid y fue uno de los fundadores del Partido Republicano Radical. Durante la Primera Guerra Mundial, Madariaga fue uno de los principales líderes de la Unión Democrática Española, una coalición de partidos republicanos y socialistas que lucharon por la democracia en España. Después de la guerra, fue uno de los principales líderes de la Segunda República Española. Durante la Guerra Civil Española, Madariaga fue uno de los principales líderes de la República y fue uno de los primeros en exiliarse a Francia. Después de la guerra, se exilió a Inglaterra, donde se dedicó a la escritura y a la enseñanza. Durante su exilio, Madariaga escribió numerosos libros sobre la historia de España, la Guerra Civil Española y la política internacional. Entre sus obras más conocidas se encuentran España, su historia y su destino (1941), La tragedia de España (1944) y La España de Franco (1946). Además de su trabajo como escritor, Madariaga fue uno de los principales líderes de la Unión Europea. Fue uno de los principales impulsores de la creación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y fue uno de los primeros en proponer la creación de una moneda única para Europa. Madariaga también fue uno de los principales líderes de la Liga de las Naciones. Fue uno de los principales impulsores de la creación de la Corte Internacional de Justicia y fue uno de los primeros en proponer la creación de una agencia internacional para el control de armas nucleares. En su vida personal, Madariaga fue un hombre muy culto y refinado. Hablaba varios idiomas, entre ellos el inglés, el francés, el alemán y el italiano. Era un gran amante de la música y tocaba el piano con gran destreza. Madariaga murió el 12 de diciembre de 1978 en Oxford, Inglaterra. Fue enterrado en el cementerio de San Isidro de Madrid. Su legado sigue vivo en la actualidad, especialmente en el ámbito de la política internacional.