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Una idea es verdad cuando aún no se ha impuesto.
Eugène Ionesco fue un dramaturgo, escritor y poeta rumano-francés, nacido el 26 de noviembre de 1909 en Slatina, Rumania. Fue uno de los principales exponentes del teatro del absurdo, un movimiento teatral que se desarrolló en Europa durante la década de 1950. Ionesco comenzó a escribir a una edad temprana, y a los 16 años ya había escrito su primera obra de teatro, una tragedia titulada La caja de música. Esta obra fue rechazada por los teatros de Rumania, pero Ionesco no se desanimó y continuó escribiendo. En 1938, Ionesco se mudó a París, donde comenzó a trabajar como profesor de inglés. Durante este tiempo, comenzó a escribir obras de teatro que se basaban en sus experiencias personales. Estas obras se caracterizaban por su humor absurdo y su crítica a la sociedad. En 1952, Ionesco escribió su obra más famosa, La cantante calva. Esta obra fue un éxito inmediato y se convirtió en uno de los principales exponentes del teatro del absurdo. Esta obra fue seguida por otras obras como La lección, Rhinoceros y La baldosa. Durante su carrera, Ionesco también escribió poesía, ensayos y obras de teatro para niños. También escribió una novela, La leyenda de los tiempos, que fue publicada en 1962. Ionesco fue uno de los primeros dramaturgos en explorar el tema de la muerte y la soledad. Sus obras se caracterizan por su humor absurdo y su crítica a la sociedad. Sus obras han sido traducidas a más de 30 idiomas y han sido representadas en todo el mundo. En 1994, Ionesco fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Murió el 28 de marzo de 1994 en París, a la edad de 84 años. Aunque es conocido principalmente por su trabajo en el teatro del absurdo, Ionesco también fue un poeta y ensayista prolífico. Escribió numerosos ensayos sobre el teatro, la literatura y la filosofía. También escribió una autobiografía, titulada Memorias de una vida, que fue publicada en 1989. Ionesco también fue un gran amante de la música. Escribió numerosas canciones y compuso varias obras musicales. También fue un gran aficionado a la pintura y la escultura. En conclusión, Eugène Ionesco fue uno de los principales exponentes del teatro del absurdo. Su trabajo se caracterizó por su humor absurdo