Pero ¿Qué semejanzas podemos encontrar entre el Drácula de Bram Stoker y la figura histórica de Vlad Tepes?, la realidad es que ni siquiera sabemos con seguridad que Stoker se basara en el personaje histórico para crear su Drácula, parece ser que estuvo asesorado por un erudito de la época el cual le conto varias historias que circulaban en torno al príncipe de Valaquia (Tepes) bastantes de esas historias eran crueles no llegándose nunca a demostrar que Vlad el Empalador bebiera sangre o hiciera cosas relacionadas con el vampirismo, aunque sí es cierto que su muerte por asesinato, cortándole la cabeza, es una de las maneras en las que Stoker describe como matar a un vampiro. Sin embargo a partir de finales del siglo XVII, el vampirismo y todas las historias relacionadas con los vampiros adquieren en toda Europa una gran relevancia,dando lugar a la escritura de numerosos libros por filósofos y escritores de la época, o las mismas personas que viajan al este a la zona de Transilvania contando historias sobre vampiros .El hecho de la fama de sanguinario que tenia Draculea y que su nombre signifique hijo del diablo, dio lugar a que Stoker cambiara el nombre de su novela que en un principio iba a llamarse Conde Vampyr por Drácula.
No obstante no debemos olvidar que la figura de Tepes en Rumania es considerada como un héroe nacional por su defensa contra el imperio otomano,y la figura de Stoker muy odiada precisamente por su descripción vampiresca que hace de Draculea en su novela hecho que no quita que la región de Transilvania y en especial el Castillo de Drácula sean visitados por muchos turistas en busca de leyendas e historias. Con la venta del Castillo de Bran aIbramovich, que pretende crear un parque temático en torno a la figura de Drácula o cuando menos eso se rumorea, la figura del Conde Drácula vuelve a estar de actualidad junto a todas sus historias y leyendas confirmando por tanto una de las características de los vampiros, que estos son inmortales al igual que la leyenda de su vampiro más famoso, DRACULA
Leer primera parte del articulo
Jorge Martínez
Dracula (parte II)