Los rayos ultravioletas fueron
descubiertos a principios del siglo XIX; Johann Wilhelm Ritter observó que una franja de la radiación
invisible de la zona superior al violeta era capaz de oscurecer cristales
de sal de plata. El los llamó “rayos desoxidantes”. Fueron pronto
denominados “rayos químicos” para diferenciarlos de los “rayos
que calientan” de la zona infrarroja.
El Sol emite radiación ultravioleta
de las zonas UVA, UVB y UVC. La capa de ozono atmosférica absorbe la
mayoría de estas radiaciones. A nivel de la superficie terrestre el
99% de la radiación ultravioleta es de la zona A (UVA). La radiación
UVC es la que posee más energía, pero está es totalmente “bloqueada”
por la atmósfera.
Los rayos ultravioletas no
son “invisibles u oscuros” para ciertos pájaros, reptiles e insectos.
Esta capacidad les permite ver claramente, destacadas del entorno, numerosas
flores, frutos y semillas, así como son capaces de ver claramente a
escorpiones, orina y secreciones de mamíferos…
La radiación ultravioleta
tiene importantes efectos positivos para los animales ya que la producción
de Vitamina D depende de la incidencia de los UVB en la piel. De este
hecho se deriva la necesidad de una exposición, aunque incidental,
para mantener niveles saludables de Vitamina D en los animales, incluido
el hombre. Por otro lado, la radiación UVA y UVB son usadas en para
tratar determinadas patologías de la piel, ya que poseen efectos medicinales
muy concretos.
Cabe destacar que la exposición prolongada a la radiación UV puede provocar problemas de salud agudos y/o crónicos de la piel, ojos y sistema inmunitario.
La radiación UVB posee mayor energía que la radiación UVA, se entiende así que esta radiación sea la que principalmente se relacione con alteraciones y tumores de la piel.
Aún así, los rayos UVA, también tienen su efecto nocivo para el ser humano (tradicionalmente se pensaba que los UVA eran inofensivos). Actualmente los científicos advierten de su peligrosidad, derivada sobretodo de su abundancia según la época del año (de 100 a 1000 veces más frecuentes en la superficie terrestre). Así mismo, la radiación UVA es capaz de penetrar la capa más superficial de la piel (epidermis) e incidir en la dermis (donde elastina, vasos, células sanguíneas… están presentes).
La radiación UVB sin embargo no podrá penetrar más allá de la epidermis.
Rayos Uva
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