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Introducción

La orden de los caballeros templarios también conocida como la ‘Orden del Temple’, fue organización monástica medieval con fines militares formada por monjes que a su vez eran caballeros, creada para proteger a los peregrinos en Tierra Santa; esto junto con la de luchar contra los infieles en Tierra Santa y proteger a los peregrinos que hacia allí se dirigían fue la principal misión de los caballeros templarios; también lucharon en España contra el Islam. A estos monjes/guerreros se les atribuían grandes conocimientos en el campo de la ciencia: economía (promovieron la letra de cambio y fijaron las bases de la contabilidad), matemáticas, arquitectura. Se piensa que el poder de los templarios llego a ser enorme, lo que contribuyó a su posterior disolución.

Historia de la orden del Temple y los caballeros templarios

Durante el S. XI desde Europa multitud de peregrinos viajan a Tierra Santa, con el objetivo de estar en la tierra donde vivió Cristo. Durante el dominio de los califas abbasies de Bagdad, teniendo en cuenta el beneficio económico que les repercutían las peregrinaciones cristianas, los peregrinos tenían libertar para visitar los santos lugares. Esto cambió en la segunda mitad del S. XI, cuando los turcos selyúcidas tomaron el control de la región y empezaron las muertes de peregrinos.

18 de noviembre de 1095, el Papa Urbano II convoca un concilio para ‘librar Tierra Santa de los Infieles’, en cual se crean la union de los diferentes reinos europeos para emprender las cruzadas.

15 de julio de 1099, las cruzadas alcanzaban su objetivo, se adueñaban de la ciudad de Jerusalén. Esto propicia la importante ruta de mercaderías que atraviesa Tierra Santa, lo lleva a la sospecha de que las cruzadas fueron promovidas por un interés económico aparte del religioso.

Año 1115, un caballero francés llamado Hugo de Payens y su compañero Godofredo de Saint-Adhemar, flamenco, crean la orden monástica de los ‘Pobres Soldados de Cristo’ cuyo objetivo es proteger a los peregrinos, así como hacer seguras las vías por las que viajaban. El rey de Jerusalén, Balduino II, les cede el control de las mezquitas de Koubet al-Sakhara y Koubet al-Aksa para utilizarlas como cuarteles. Estas mezquitas están situadas en el mismo emplazamiento del Templo de Salomón, y por esto, la orden acabaría por denominarse Orden del Temple.

Año 1127, Hugo de Payens regresa a Europa con el objetivo de ampliar y consolidar la orden, otorgándole unos estatutos.

Año 1128, en el Concilio de Troyes la Iglesia reconoce formalmente a la orden.

Año 1177, la orden participa decisivamente en la victoria del rey Balduino IV sobre el sultán Saladino, uno de los principales enemigos de la orden en aquellos años.

2 de octubre de 1187, Saladino ocupa Jerusalen.

Año 1212, una cruzada derrota a los almohades en la Batalla de las Navas de Tolosa (Jaén)

Año 1228, en la quinta cruzada se recupera Jerusalen, sin embargo, quince años más tarde volvería a perderse su control.

Año 1265, los musulmanes toman el control de Cesarea y Arsuf;

Año 1266, toman el control de Safeto, y posteriormente Jaffa, Beaufort, Bangas y Antioquía

Año 1305, Esquin de Floyrano (antiguo prior de Montfaucon), denuncia a la orden ante el rey Jaime II de Aragón

Año 1311, el Papa Clemente V convoca un concilio en el que se decide disolver la orden, gracias en parte, a las presiones del rey Felipe IV decidido a acabar la Orden.

La Orden de los caballeros templarios – Orden del Temple – Organización

La necesidad de gestionar los recursos enviados de Europa a Palestina para sustentar las cruzadas, facilitó el que la orden de los caballeros templarios desarrollase un eficiente sistema bancario, en el que confiaban la nobleza y la realeza. La exención de pagar impuestos y diezmos ayudó a que la orden acumulase una considerable riqueza.
Los caballeros templarios acumulaban un gran poder dentro de la sociedad de la época, poseían grandes extensiones de tierra, organizaban la agricultura, la minería el comercio y la banca. Una de las peculiaridades de la Orden en su financiación era que además de las numerosas donaciones que recibían por parte de la realeza y nobleza, existía la posibilidad de ‘donarse en vida’ por la que la Orden se aseguraba las posesiones del donante tras su muerte a cambio de la protección de la Orden, así como exención de pagar impuestos, esto permitía la perpetuación de la Orden a lo largo de los años. Su privilegiada situación estrategica tambien les permitió comerciar con Oriente, llegando incluso a disponer de su propia flota de barcos que les permitía trasnportar sus bienes y sus tropas a Tierra Santa. Siempre se ha especulado con la posibilidad de que la Orden contase con un gran tesoro, lo cual sigue siendo un enigma, ya que a pesar de las riquezas que administraban, se piensa que todos sus excedentes se enviaban a Tierra Santa para financiar las cruzadas, así como las obras sociales de caridad que realizaban dada su condición de orden manástica.

El rey Felipe IV en su afán por apoderarse de estas riquezas desprestigió la orden hasta lograr acabar con ella (año 1311); acabando muchos de sus miembros en la hoguera acusados de herejía. En España y Portugal la Orden resurgió con otro nombre.

Los caballeros templarios residían en encomiendas, las cuales contaban con capilla, alojamientos, bodegas, sotanos, caballerizas y almacenes. Al frente estaba el comendador que era el responsable de la organización dentro de la encomienda.

La organización de los templarios tenía un marcado carácter militar: en la cabeza de la organización estaba el ‘Gran Maestre’ el cual contaba con un estado mayor formado por su lugarteniente o senescal, un jefe militar o senescal y varios comendadores adscritos a regiones en Tierra Santa. La jerarquía seguía con los caballeros, los sargentos y los escuderos.

Los caballeros templarios

A diferencia de los caballeros seculares (vanidosos, codiciosos, violentos) los caballeros templarios se caracterizaban por su austeridad, no en vano, hacían los tres votos monacales: pobreza, obediencia y castidad. Sin embargo, también eran conocidos por su ferocidad en el combate.
Los caballeros templarios tal y como mandaba la Orden no podían tener posesiones, no podía hacer ni recibir regalos.

Libros sobre templarios

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